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miércoles, 15 de diciembre de 2010

LA BOTICA DE LA ESQUINA

LA BOTICA DE LA ESQUINA

JESUS JIMENEZ LABAN
Nota:  Pese al tiempo transcurrido, este texto no ha perdido vigencia (se escribió a fines de 2009).

Cuando un pobre se enferma, corre a la botica de la esquina. Pero, si por desgracia, la medicina es carísima, está vencida o es “bamba” (falsa), el paciente irremediablemente muere.

En realidad, pocos saben qué tipo de remedio es el que compra (comercial, genérico, bamba o falsificado), más aun si se trata de un genérico, que según el imaginario popular es equivocadamente un medicamento que no cura como las medicinas de marca.

Salvo algunas botiquitas y los establecimientos de salud públicos, los genéricos brillan por su ausencia – sólo el 10% del mercado- porque las grandes cadenas de farmacias y boticas darían preferencia a las medicinas más caras. En la misma línea están los médicos, odontólogos y obstetras que reemplazan al paciente en su libertad de elegir porque son ellos los que dan la receta, por lo general recomendando marcas[1]. Para que no haya abusos en la venta, bajo sanción, el médico no sólo mencionará la marca sino el nombre común del medicamento. Además, la ley lo obliga a dar la receta por duplicado, de tal forma que una copia quede en la farmacia o botica.

La idea, por supuesto, no es impedir a los laboratorios que ejerzan sus patentes sino de velar por la salud, la vida, la economía y la seguridad de la población en un país que figura, después de Rusia, China y Corea del Sur, como uno de los países con mayor riesgo de falsificación, según el ranking de la Organización Mundial de Comercio (OMC)[2]. Lo que se ha hecho ahora que está vigente la ley Nº 29459 es incentivar el consumo de la medicina genérica y aumentar los filtros para garantizar la calidad de las medicinas que ingresan al país.

En rigor, se busca volver atractiva la importación, la prescripción de medicinas baratas y con calidad por los médicos, incluyendo la eliminación de impuestos a los genéricos que son una alternativa de mercado a los remedios de marca que legítimamente seguirán circulando en el mercado. De acuerdo al derecho de patentes, éstas tienen una vigencia de 20 años, de manera que nadie puede copiar la fórmula y comercializar una medicina de marca. Sin embargo, el Ministro Oscar Ugarte se ha referido a una excepción que contempla la Organización Mundial del Comercio (OMC- Ronda de Doha)[3]. Se quiere que las medicinas estén al alcance de todos para la salud popular.

La certificación y el registro sanitarios serán más rigurosos tanto en los laboratorios locales como extranjeros. Hasta antes de la vigencia de esta norma, bastaba una simple declaración jurada para que la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) diera fe de calidad al medicamento. Ahora se pide información científica y la evaluación estará a cargo del Ministerio de Salud (MINSA).

Acceso y uso racional de productos farmacéuticos, el proceso de calidad, medidas de seguridad, fármaco vigilancia e infracciones y sanciones son entre otros los contenidos de esta ley, que prohíbe el funcionamiento de una farmacia sin previa autorización sanitaria y que da al químico farmacéutico un súper poder en la dirección técnica, el mismo que será el responsable de las buenas prácticas de manufactura, el control de calidad y la conservación adecuada de medicamentos[4].

Sin embargo, los medicamentos serían evaluados de manera progresiva cuando se renueve el registro sanitario porque ninguna ley es retroactiva. Podría haber un cuello de botella si el personal de la Digemid no está debidamente capacitado para otorgar en un plazo razonable la certificación de calidad y el registro sanitario, teniendo en cuenta la cantidad de farmacias y boticas que tienen dominio del mercado en una industria altamente fraccionada[5].

Además, el paciente no elige el medicamente genérico sino el galeno por lo que no está claro cómo el Estado incentivará su receta y cómo se logrará su comercialización abierta en las farmacias. ¿Qué estímulos se crearán para que las empresas comercialicen genéricos? ¿Funcionan las asociaciones público-privadas? Se ha dicho que la largamente esperada ley de la medicina genérica ya está en vigencia, de manera que lo que falta es que la ciudadanía asuma su rol en una nueva cultura del reclamo.

[1] Oscar Ugarte, Ministro de Salud, Comentario a la ley Nº 29459

[2] Comisión de Salud, Congreso de la República

[3] En noviembre de 2009 el presidente ecuatoriano Rafael Correa, saludado por la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), concedió licencias obligatorias sobre las patentes de mercados para garantizar el acceso de medicamentos a las grandes mayorías para atender sus enfermedades más frecuentes.

[4] Ley Nº 29459, Diario Oficial El Peruano, Ley de los Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios

[5] PPK, Diálogos con PPK, RPP, Noviembre 2009