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martes, 12 de noviembre de 2019

LA AGENDA SOCIAL AHORA

LA PRIORIDAD AHORA ES LA AGENDA SOCIAL CON JUSTICIA

Esta va a ser una campaña electoral corta. Poquísimo espacio para ventilar propuestas e ideas, pero es necesario. Enero está a la vuelta de la esquina.  La oposición también es necesaria, no debe ser eliminada, así sea rudimentaria y pequeña. Forma parte del juego democrático.  

Quizás el razonamiento del Jurado Nacional de elecciones ha sido ese, aunque otros creen que la decisión del organismo electoral se presta a que los congresistas disueltos en partidos moribundos tengan una ayudadita para presentarse el 2021.  

El gobernante no debe temerle a la oposición.  A lo que debe temer es más bien el embalse de los problemas como la seguridad, desempleo falta de inversiones y lentitud de la recuperación económica.  

Estos no solamente son  temas que inclinen la balanza en estas elecciones sino también en el mediano plazo. 
 
 Lo que se ve es que la gente no va a votar esta vez por los extremos.  Mostrarse muy de derecha o excesivamente izquierdista, son puntos en contra.  Es el centro el punto protagónico aquí, según los sondeos de opinión.  
Hay cambio de opinión en público, algo que debe preocupar a los extremistas.

El elector percibe inicialmente que este congreso debe tener otro rostro.  Es muy reducido el electorado que quiere darle una renovación a los congresistas disueltos, pero si empieza una pelea sorda entre ejecutivo y oposición, aquello puede ser revertido.  

Desde luego no se puede confundir protestas pacíficas con actos vandálicos como ocurre en Chile por lo que se confecciona un conjunto de normas para penalizar dichas acciones.  

Tampoco se puede ser permisivo con actos antidemocraticos como manipulación mediática de elecciones tal como ocurrió en Venezuela en el tiempo de Chávez y Maduro y alteración grosera de las actas y envío de información a servidores extraños que configuraron el fraude que precipitó la caída de Evo en Bolivia.

La urgencia es la agenda económica.  El ciudadano está pidiendo calidad de vida sin que se justifique infiltración de elementos ajenos a una protesta justa.  Los problemas económicos del hombre de la calle, el sobreendeudamiento en tarjetas y otras obligaciones y el abandono por el estado en asuntos básicos como la salud y la educación, son los detonantes de la explosión social. Eso debe tratarse proactivamente.

A la luz de los hechos violentos que se ven en los países vecinos como Ecuador, Chile y ahora Bolivia, el electorado está percibiendo que los extremos son malos.

La tendencia es apuntar hacia el centro y elegir agente moderada que le de estabilidad al país con sus leyes en el Congreso en base a la agenda antes planteada.

El combate a la corrupción es importante e impostergable, pero la prioridad ahora es prevenir un desborde social y en eso están enfocados todos los reflectores.

Por lo demás, debemos dar señales claras de que hay respeto en la separación de poderes. Es imperativo que el estado de derecho se sienta y se viva en el actuar de cada día para que el mundo vea que las garantías constitucionales están intactas en este país.

las impresiones están aliadas a los derechos humanos en la nueva doctrina del capital.

Hacer una campaña en base a la búsqueda de antecedentes penales, con acusaciones no corroboradas contra los candidatos, no le hace ningún bien este proceso electoral

Para gobernar y para legislar se requiere escuchar todas las voces. Nunca ser monotemáticos.  La convocatoria a estas elecciones no es para payasos, ni vedettes que muestran la nalga ni mucho menos para cómicos ambulantes con smoking.

Habido una disolución del Congreso.  funciona una Comisión Permanente con comisiones investigadoras y subcomisión de acusaciones constitucionales desactivadas.  Un Tribunal Constitucional que ha quedado como dirimente a los ojos de la OEA y que no debe admitir presiones ni influencias externas.  

Lo que viene ahora para la normalización democrática es la convocatoria a elecciones el próximo 26 de enero.  Gane quien gane, sea quien sea, eso debe respetarse, siempre y cuando no haya indicios arbitrarios.

El camino está empedrado, pero dependerá del elector ensanchar la vía y eliminar los obstáculos.