EL FORO DE DAVOS

El Foro de Davos se inauguró en la angustia ante una recesión mundial
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El primer ministro chino fijó como objetivo para su país un crecimiento de 8% en 2009, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo prevé 6,7%
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Grandes empresarios y dirigentes mundiales se reunieron el miércoles en la estación alpina suiza de Davos, en la 39ª edición del Foro Económico Mundial, cuyo tradicional aire de autocomplacencia dejó paso a la angustia frente a la recesión que amenaza al planeta.

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En señal de los tiempos que corren, las grandes figuras del sector bancario estadounidense brillan por su ausencia -al igual que los representantes de la nueva administración de Washington- en un Foro de ambiente menos festivo que en años anteriores por la crisis económica mundial.
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Las estrellas de su primera jornada fueron el primer ministro chino, Wen Jiabao, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, que en discursos parecidos subrayaron la responsabilidad de la finanza occidental en la crisis y pidieron más cooperación internacional.
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Wen Jiabao abogó por "el establecimiento de un nuevo orden económico mundial justo, ecuánime, sólido y estable" y criticó el modelo estadounidense basado en el endeudamiento y un exceso de consumo.
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El primer ministro chino fijó como objetivo para su país un crecimiento de 8% en 2009, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo prevé 6,7%.
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Putin, en su discurso inaugural, recordó que en el Foro de Davos de 2008, "los estadounidenses recalcaron la estabilidad fundamental de su economía".
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"Actualmente los bancos de inversiones, el orgullo de Wall Street, han desaparecido prácticamente", subrayó.
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En 2008, la crisis parecía haber afectado sólo a los bancos occidentales que habían apostado en sus inversiones por los créditos hipotecarios de riesgo estadounidenses (subprime). China e India, además, se erigían como los salvadores del planeta ante la recesión.
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Ahora, todo el mundo está afectado por la crisis. "Estamos en el mismo barco", resumió Putin ante buena parte de los 2.500 prestigiosos participantes en un Foro por el que también pasarán unos 40 jefes de Estado y de Gobierno.
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Davos será la sede así hasta el sábado de las intervenciones de la canciller alemana, Angela Merkel, y los primeros ministros de Gran Bretaña y Japón, Gordon Brown y Taro Aso, cuyos países han gastado cientos de miles de millones de dólares para combatir la crisis.
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Los presidentes de México, Felipe Calderón, Colombia, Álvaro Uribe, y el canciller brasileño, Celso Amorím, serán los máximos representantes latinoamericanos en Davos.
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Simultáneamente, los presidentes Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Hugo Chávez (Venezuela) y Fernando Lugo (Paraguay) participarán en el Foro Social Mundial, la cumbre alternativa a Davos que se celebra en Brasil.
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Mientras que en Washington el FMI publicaba unas nuevas y sombrías previsiones de crecimiento para 2009, un estudio de los consultores de PricewaterhouseCooper (PwC) mostró que la confianza entre los más de mil empresarios presentes en Davos "ha caído en picado".
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Hace un año, la mitad de ese millar se decían "muy confiados", mientras que ahora sólo son 21%.
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El Foro, además, refleja la actual crisis, con pocos cócteles y veladas, y la ausencia de artistas de reconocido compromiso en temas sociales, como el cantante del grupo U2, Bono, que cada año acudía a Davos a abogar por la causa de los países endeudados de Africa y en esta ocasión no estará presente.
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Pese a que Davos sigue siendo para los poderosos del planeta un lugar propicio para concretar negocios y hablar en privado, este año, la necesidad de comprender lo que pasa en el mundo es palpable y los debates previstos están a rebosar.
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Además de la recesión, otro tema recurrente en Davos, templo del liberalismo económico, será el regreso del papel del Estado. Y uno de los interrogantes que se plantearán en este sentido es saber qué margen de maniobra dejarán los gobiernos a las empresas tras haberse gastado miles de millones de dólares en salvar los bancos y socorrer la economía.
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Otro tema fuerte será la vuelta del proteccionismo, un reflejo denunciado como peligroso para el crecimiento mundial pero tentador para muchos dirigentes políticos.