CAZADOR DE INVERSIONISTAS PARA ENLAZAR CAPITALES PRO PERU (Parte 1)
JESUS JIMENEZ LABAN
El consumo de azúcar puede afectar salud de algunas personas. ¿Qué pasaría si alguien fabrica algo más allá de un edulcorante?
Primero, el mercado tendría un producto sustituto. Luego se generaría una necesidad de consumirlo como alternativa de salud y por ser innovador, aumentaría valor al cliente.
El éxito estaría asegurado si el consumidor experimenta que la tecnología le permite tener idéntico sabor, textura y propiedades que el azúcar convencional.
Pero el trabajo que vendría después sería cómo presentar el producto, el diseño, cómo hacer el marketing, cómo llegar al mercado.
Todo proyecto para que sea tal debe marcar la diferencia. Sea si cubre una necesidad o apunta a resolver un problema, debe ser diferente, una idea innovadora de valor.
A veces cuando empiezo a bucear en el océano del dinero como capital de negocio, me pongo a pensar en los banqueros, en los operadores de la Bolsa de Valores y en otras formas de capital desconocidas por muchos. Y luego encuentro que sin dinero no podemos ir a ninguna parte si de negocios se trata.
Es curiosa la evolución de una empresa cuando nace pequeña, a partir de una idea innovadora y creativa y se abre paso con un capital semilla. Todo empieza casi de la nada. Diseña un buen proyecto, se alinea con los requerimientos del banco –su flujo de capital a futuro y demás- y puede empezar con un financiamiento bancario. El banco obviamente presta cuando ve que la empresa puede pagar y que no corre riesgo de que no le paguen.
A veces resulta incomprendida la dureza de un banquero. Creo que tiene razón ponerse duro en los prestamos porque trabaja con dinero que no es suyo, las más de las veces. Claro, dicen que la esencia del negocio –y no pretendo ofender a nadie con esto- es comprar barato y vender caro. En realidad, lo que hace un banco es trabajar con el dinero de los depositantes por lo que paga una tasa de interés pasiva, pero ese dinero lo utiliza para hacer préstamos a demandantes de capital por lo que cobra un interés activo. La diferencia entre ambas tasas es la ganancia del banquero.
Pero el resto del dinero no es suyo, sino de los depositantes. Tiene que cuidarlo. Esta es la razón por la que difícilmente un banco presta dinero a mediano o largo plazo. Prefiere el corto plazo.
Pero el empresario, cuando hace las cosas bien, tiene un buen producto y encuentra mercado casi cautivo, es merecedor de un financiamiento generoso. Pero la bondad financiera no es infinita. Tiene un límite. Llega el momento en que por más ruegos que haga en gerente de un negocio, el banquero no quiere prestar. Y no es que renuncie a la ganancia. No. Lo que teme es que el negocio reciba dinero más allá de la capacidad de endeudamiento y pisa el freno del coche del dinero.
La entidad tiene sus límites. No es su propia plata. Por eso, es difícil encontrar un banco que otorgue capital de trabajo para el largo plazo. Además, una empresa muy endeudada, difícilmente tiene acceso a una línea de crédito
El límite endeudamiento, la nueva línea de negocio, los activos fijos, podrían ser factores de peso para analizar un negocio. La pregunta que se hacen todos es ¿existirá esta empresa dentro de 5, 10, 15 años? (Continuará).
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