NO CERRARSE: LIBERTAD DE EXPRESION CLAVE PARA MANTENER CALIFICACION CREDITICIA Y FORTALECER DIALOGO DEMÓCRATICO
JESUS JIMENEZ, presidente de CENTRUM LABAN, la nueva frontera en inversiones, negocios e información
Vengo siguiendo con insistencia la situación económica del Perú desde Julio de este año. Ese mes, según hizo resonar en el exterior Wall Street Journal, Moody´s mejoró la calificación soberana de Perú de Baa2 a A3, entre otros puntos.
Pero una sugerencia disimulada de Mauro Leos, vicepresidente y jefe de créditos de Moody’s para América Latina, según una fuente local, apunta al fortalecimiento del dialogo entre el sector público, privado y social.
Hay que alejarse de los conflictos y ser más tolerante y garantizar el ejercicio pleno de la libertad de expresión, un vehículo absolutamente necesario, para fortalecer el diálogo y la democracia.
Sí, en un momento en que se debate si Perú tiene o no capacidad de aguante para resistir la crisis financiera global, el mandato del momento es no cerrarse. Esto quiere decir, abrirse al diálogo, no crear ruido ni meterse en embudos políticos.
Sería lo peor en tiempos de incertidumbre naturales en un periodo presidencial por venir.
La otra apuesta a la segura es invertir en educación, salud e infraestructura.
No estamos mal. La misma fuente señala que estamos dinámicos. “Por cada dólar que tiene que pagar Perú, hay US$ 5.8 guardados (…)", precisa Mauro. Estamos en condiciones, como país, de resistir las vulnerabilidades externas, además de tener fortaleza fiscal.
Como se sabe, estamos bien calificados crediticiamente -A3, BBB+ y BBB+ de Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch Ratings, respectivamente- y tenemos una deuda manejable a niveles envidiables para Colombia y México que están hasta el cuello en deuda pública.
Y esa calificación hay que mantenerla a como dé lugar, fortaleciendo la democracia y la libertad de expresión como vehículo de diálogo entre las partes.
El hecho de poder resistir con buen blindaje no autoriza a ningún funcionario público a tomar decisiones a la ligera. Si estamos algo blindados contra la crisis, qué bien que lo estemos. Pero es aconsejable prudencia para no endeudarse más ahora, tomar los ahorros logrados en décadas o aprovechar para la coyuntura la solvencia de las cuentas fiscales
JESUS JIMENEZ, presidente de CENTRUM LABAN, la nueva frontera en inversiones, negocios e información
Vengo siguiendo con insistencia la situación económica del Perú desde Julio de este año. Ese mes, según hizo resonar en el exterior Wall Street Journal, Moody´s mejoró la calificación soberana de Perú de Baa2 a A3, entre otros puntos.
Pero una sugerencia disimulada de Mauro Leos, vicepresidente y jefe de créditos de Moody’s para América Latina, según una fuente local, apunta al fortalecimiento del dialogo entre el sector público, privado y social.
Hay que alejarse de los conflictos y ser más tolerante y garantizar el ejercicio pleno de la libertad de expresión, un vehículo absolutamente necesario, para fortalecer el diálogo y la democracia.
Sí, en un momento en que se debate si Perú tiene o no capacidad de aguante para resistir la crisis financiera global, el mandato del momento es no cerrarse. Esto quiere decir, abrirse al diálogo, no crear ruido ni meterse en embudos políticos.
Sería lo peor en tiempos de incertidumbre naturales en un periodo presidencial por venir.
La otra apuesta a la segura es invertir en educación, salud e infraestructura.
No estamos mal. La misma fuente señala que estamos dinámicos. “Por cada dólar que tiene que pagar Perú, hay US$ 5.8 guardados (…)", precisa Mauro. Estamos en condiciones, como país, de resistir las vulnerabilidades externas, además de tener fortaleza fiscal.
Como se sabe, estamos bien calificados crediticiamente -A3, BBB+ y BBB+ de Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch Ratings, respectivamente- y tenemos una deuda manejable a niveles envidiables para Colombia y México que están hasta el cuello en deuda pública.
Y esa calificación hay que mantenerla a como dé lugar, fortaleciendo la democracia y la libertad de expresión como vehículo de diálogo entre las partes.
El hecho de poder resistir con buen blindaje no autoriza a ningún funcionario público a tomar decisiones a la ligera. Si estamos algo blindados contra la crisis, qué bien que lo estemos. Pero es aconsejable prudencia para no endeudarse más ahora, tomar los ahorros logrados en décadas o aprovechar para la coyuntura la solvencia de las cuentas fiscales
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