¿CUAL ES EL PROXIMO?

¿CUAL ES...?

JESUS JIMENEZ LABAN

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La naturaleza se ha vuelto loca. Expertos en geología, afirman que el sismo de Chile fue 500 veces más intenso que el de Haití. Esto se explica, quizás, en que en uno (caso Haití) el estremecimiento fue a 34 km bajo tierra. En el otro, se sintió desde los 13 kilómetros. Sin embargo, la magnitud de 8.8 no está entre las peores, pues Chile sufrió un sismo devastador en 1960 de 9.5.
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Ahora bien, si comparamos Chile con Haití, las cifras contrastan entre 300 en un caso y 300 mil muertos en el otro. ¿Por qué menos muertos en el país del sur, a pesar de haber sido más intenso?

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La trampa mortal de Haití fue su débil construcción en paredes y concreto y casi nulo respeto a las leyes de construcción, mientras que en Chile la mayoría tiene construcción antisísmica, con esqueleto de acero y los reglamentos de construcción son exigentes. A pesar de las pérdidas humanas, la ciudad fue construida correctamente por lo que no murió mucha gente.
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Hay otros detalles a tener en cuenta si hablamos de comparaciones. En Haití la gente de la ciudad terminó sepultada en enormes pilones de cemento, en Chile todo lo contrario. En Haití no hubo programa de emergencia, salidas de escape ni se educó a la población. En Chile, como Japón, hay cultura antisísmica, se construye hogares y oficinas refugio para casos de terremoto.
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Además, en el desconcierto la gente no sabía en Haití si su presidente René Preval estaba vivo; en Chile la presidenta Bachelet se comunicaba periódicamente con los damnificados y el resto país por los medios de prensa.
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El Perú está ceñido por el Cinturón del Fuego; por tanto, es un área eminentemente sísmica. No conozco la magnitud de los movimientos telúricos desde 1940, pero todos han sido tremendamente destructivos y con gran cantidad de pérdidas humanas.
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Está demostrado científicamente que todavía no hay forma de predecir los terremotos; éstos pueden ocurrir de un momento a otro, pero lo que cualquier administración de crisis en este tipo de emergencia, como en las guerra modernas, apunta a tener el menor número de víctimas, jugando la prevención un rol decisivo en todos los casos.
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A la luz del desplome de construcciones enteras, quién puede garantizar que los edificios y casas de construcción nobles son seguros para la vida de las personas. ¿Tenemos equipos especializados para que no se interrumpa las comunicaciones –teléfonos móviles, satélites y banda ancha- entre las autoridades y los grupos de rescate como ocurrió en Pisco. ¿Qué refugio pueden tener los habitantes que viven a las orillas del mar o en quinchas o casas de adobe? ¿Estamos preparando realmente a la población ante una emergencia por razones de prevención?

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No me sumo a quienes profetizan que los terremotos son el signo de lo que peor está por venir. Pero es bastante cierto que vienen noticias horribles de El niño, del Polo Norte y de la Antártida, junto con incendios, inundaciones y diluvios. Es tiempo de terremotos. Primero fue Haití, después Chile, pero cuál es el próximo.