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martes, 2 de febrero de 2010

¿EXISTEN LOS NEGOCIOS ETERNOS?


NEGOCIOS ETERNOS
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JESUS JIMENEZ LABAN
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A comienzos de febrero de 2010, un total de 8.1 millones de vehículos del grupo japonés TOYOTA se disponían a circular con un DEFECTO de fábrica en el PEDAL del acelerador que no retornaba a su posición original de modo adecuado. Sin pensarlo dos veces, tras suspender la producción y ventas, el primer fabricante mundial de automóviles corrió la voz a todo el mundo y llamó a REVISIÓN a sus unidades para prevenir accidentes y evitar una lluvia de PLEITOS JUDICIALES .
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De otro lado, ahora que han calmado los gemidos de dolor de los sobrevivientes al terrible y dantesco terremoto de HAITÍ, algunos quieren echarle la culpa al diseño arquitectónico de Puerto Príncipe, la capital que por ser pobre no cuenta con adecuada tecnología ANTISÍSMICA, pese a estar ubicada en una falla geológica . La acusación frontal es que se habría construido casas, edificios sobre colinas poco firmes y consistentes que, por esa misma razón, se desplomaron como castillo de naipes, dejando sepultados bajo sus escombros a 200 mil muertos y SIN TECHO a 1 millón 100 mil habitantes, Es más, se critica la DEBILIDAD de la autoridad por dejar construir sistema e instalaciones (edificios y viviendas) de espaldas a los reglamentos de seguridad urbanística.
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¿Podríamos haber evitado el número de muertos en PISCO y superado las vallas burocráticas para su reconstrucción ordenada en poco tiempo? ¿Debió la autoridad dejar construir viviendas y edificios dentro o cerca del cauce del río VILCANOTA en el desastre natural del Cuzco? ¿Podía salir a licitación pública vías alternas a la línea férrea entre MACHU PICCHU, Aguas Calientes y Cuzco- Centro?
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Son casos distintos en su naturaleza, pero que conducen a una lección precisa. El endiosamiento en los negocios –como en muchos asuntos públicos- no es buen consejero porque torres enteras se vienen abajo. Simplemente, porque los negocios no tienen VIDA ETERNA, lo cual obliga a estar siempre prevenidos y atentos a las ideas que generen innovación y larga vida a las iniciativas empresariales.
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Sin embargo, el gran de defecto de propietarios, ejecutivos, gerentes es creer, precisamente, que sus empresas tienen un largo camino color de rosa. El mismo defecto de las autoridades elegidas por voto popular es sostener que sus decisiones son infalibles. No es así. Parece que, a la luz de las investigaciones más serias de gerencia, los NEGOCIOS más prósperos tiene su tiempo de BONANZA y su período de declive, cosa que, por supuesto, se puede evitar, afinando lo que otros llaman la TEORÍA DE LOS NEGOCIOS . No hay que olvidar que esta teoría es agotable como el agua. De manera que cuando por obsolescencia de ideas, se agota la fuerza y el empuje de una empresa, los remedios no deben ser ASPIRINAS sino ANTIBIÓTICOS.
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El hombre de negocios, el político o el ciudadano catapultado a un cargo público debe dudar de las cosas fáciles. Así, un éxito imprevisto debe llamar la atención, lo mismo que un fracaso inesperado porque algo anda mal en la concepción, la organización o la estructura del negocio. En los negocios no existen los MILAGROS. Sólo hay SUDOR y ESFUERZO. Cualquier otro resultado debe ser materia de investigación para el laboratorio.
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Hay una regla entre los que toman decisiones. Las mejores IDEAS funcionan algunas veces, pero NO todo el tiempo. Si un funcionario emite bonos para financiar las necesidades de su portafolio apalancándose con dinero BARATO, puede que también sea un desacierto si la medida a tomar corresponde a un escenario diferente.
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Por ello es siempre recomendable lo que dejaron apuntado los viejos maestros. Y es que es urgente y oportuno abrir bien el ojo en las nuevas fuentes de FINANCIAMIENTO directo, las TECNOLOGÍAS por venir, la actividad de la COMPETENCIA, el MERCADO interno y su relación con el mundo, incluyendo a clientes y NO CLIENTES, usuarios de SERVICIOS PÚBLICOS y no usuarios.
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En un negocio con TUERCAS bien ajustadas no tiene por qué ocurrir un imprevisto, ni mucho menos un hecho fuera de control, sobre todo cuando el consejo de comienzos del siglo XXI es PLANEAR, PLANEAR, PLANEAR y hacer realidad lo planeado antes que la competencia. Eso sí, no trate de adivinar el futuro ni cómo le irá después. BOLA DE CRISTAL no sirve para los negocios ni para la política. Lo que sí importa es APRENDER del pasado y PREPARARSE para el futuro.

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