Jesus Jimenez Laban
Un joven empresario en una empresa de cómida rápida tomo las riendas del negocio promocionándolo fuerte. Para hacer el marketing del mismo regaló libros y promovió un desfiles de animales de un zoológico.
Quería este joven que todo el mundo hablara de la empresa y de sus productos. Pero sobrepasó el presupuesto, se comió el flujo de caja de todo un año, algo que que disgustó a la vieja guardia, con ideas opuestas a la juventud. Pero la idea del joven funcionó. Moraleja: Nunca hay que robotizar a los jóvenes, dejemos que ellos den rienda suelta a su creatividad.
Cuando a uno le dicen en una empresa que es necesario un flujo de sangre nueva, siente como si lo tiraran al fondo del mar. Pero, a decir verdad, el paso de tiempo impone un cambio generacional. Nadie puede ocupar el mismo puesto todo el tiempo.
Los directivos de empresas multinacionales -que mueven millones de millones- se fijan mucho en el pefil de su compañía, a quien le entregan las franquicias, la cerezas de la torta del crecimiento del negocio. Contrariamente a lo que se cree, los más chequeados minuciosamente son los familiares. Para que un familiar tenga un cargo en una empresa, tiene que ganárselo.
Si no, está anticipando la quiebra del negocio por un nepotismo puro y duro. Es más, las novedades que pueden parecer ofensivas a la vieja guardia, son aplaudidas por el mercado. Y el impacto es lo que cuenta, ese irresistible atractivo para las masas, porque se convierte en aumento de ingresos. Son tiempos de estar abiertos a todos y a todos!!!
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