JESUS JIMENEZ LABAN
¡Qué cosa tan sorprendente la de los inmigrantes peruanos! Son tan peruanos como nosotros y, sin embargo, no se conocen entre ellos, no mantienen enlaces de trabajo ni están debidamente representados por autoridades peruanas que se preocupen por ellos. Si esto es así, no existe integración entre los peruanos en el exterior, ni oportunidades de desarrollo entre los propios connacionales y no son tenidos en cuenta por los políticos en sus demandas, necesidades y urgencias.
¡Esto no puede ser! Pero es…, comentan muchos. Claro, lo que escribo es el reflejo de lo que escuché en el Día del Peruano Residente en el Exterior -18 de octubre por Decreto No 060-2006-RE que se celebró en el Congreso de la República del Perú. Confieso que fue en este encuentro cordial entre peruanos donde escuché por primera vez -supongo es el caso de muchos peruanos- acerca de la existencia de la Oficina de Derechos de los Peruanos en el Exterior que maneja la Cancillería del Perú que prometió esta vez ejecutar políticas adecuadas en materia migratoria, lo mismo que la Organización Mundial de la Comunidad Peruana que reconoce la falta de lazos laborales entre peruanos que viven en el extranjero. Por su parte, los Consejos de Consulta de la Comunidad del Norte de California (EU), tuvieron la valentía de señalar que los peruanos aun no se sienten representados. Y es que para quienes se dieron cita en esta celebración la Misión Consular Peruana en el exterior no es del todo eficaz y oportuna.
Como muchas cosas importantes en la administración pública, lo usual es que se toque el tema el día de los festiejos y durante el resto del año quede todo sepultado por el polvo del olvido.
Sin embargo, muy otra seria la suerte de los peruanos en el exterior, sobre todo si el Congreso llegara a aprobar la creación de un nuevo distrito electoral para abarcar a toda esta gente valiosa, corajuda y emprendedora. Pero parece que un distrito electoral asusta a los congresistas que quieren eternizarse en una curul porque ello –según varias opiniones- genera temores de dispersión del voto.
Quiere esto decir que para que un peruano residente en el exterior postule al Congreso del Peru hay que acreditar –salvo mejor parecer- domicilio dentro de un distrito electoral –cualquiera de los que contempla la ley- algo que increíblemente no se puede hacer en el exterior, a pesar de que viven en exterior alrededor de 3.5 millones de peruanos, caudal más que suficiente para determinar una campaña presidencial. Sorprendentemente, los peruanos en el exterior no tienen derecho al voto.
Se cree que si existiera una bancada de peruanos en el exterior como representación constitucional y legal dentro del Congreso peruano, la atención de millones de peruanos en el extranjero sería mucho más eficiente y oportuna como manda la ley. porque no puede haber diferencias entre peruanos por razón de ubicación geográfica de manera que a todos les asisten los mismos derechos. Aun así estamos lejos de una mayor y cercana representación.
Con todo, hay que reconocer el esfuerzo de Hildebrando Tapia de crear hace tres años la Comisión Especial de Peruanos en el Exterior que funciona como un sub capítulo de la Comisión de Relaciones Exteriores en el Congreso, un paso en la tarea de recoger las preocupaciones, inquietudes y propuestas de los migrantes peruanos que brillan afuera con su tenacidad y esfuerzo para crear un mejor nivel de vida a sus familias. ¿Que esperamos para reclamar un derecho justo en favor de nuestros connacionales?
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