LOS LADRONES DE LA CONFIANZA
JESUS JIMENEZ, es presidente de CENTRUM LABAN, la nueva frontera en inversiones, negocios e información
En una carta una compañera de trabajo le escribía a su mejor amigo esto:
"Querido, Néstor: Tengo miedo. Estoy en un trabajo en el que se reúnen con frecuencia los dueños con los gerentes. Soy demasiado tímida. Nunca levantaba la mano para participar en clase. Ahora no me siento segura y me aterro cuando veo que los dueños bajan a mi oficina. La última reunión yo tenía las mejores ideas, pero en un momento habló mi colega y dijo lo mismo y luego lo ascendieron. Aunque no las escuchó, eran mis ideas. Sé un montón, pero no sé expresar con claridad mis ideas"
Su amigo, Néstor, un coach para ejecutivos, le dio esta respuesta.
"Querida Susana. No te preocupes. Esto lo pasa todo el mundo, incluso en empresas grandes como Microsoft, Oracle, Google. Tienes que entender que una tercera parte del tiempo de una semana se la llevan las reuniones ejecutivas. No te sientas sola. Otros también sufren con estos ladrones de confianza: la timidez (que te congela y no hablas), el perfeccionismo (quieres decirlo todo perfecto) y el miedo a la confrontación (terror a que te contradigan y no sepas qué decir)."
Hasta aquí el intercambio de misivas. Pero para quienes estuvieran en el mismo problema, Joel Garfinkle, que trabaja con directivos A1, tiene estas sugerencias que yo comparto.
1.- Tiene usted usted que creer en usted mismo. Aumentar la confianza en quién es, qué experiencia tiene y mostrar conocimiento. La próxima reunión empiece a charlar con su propia gente y ellos apreciarán su talento.
2.- No sea "quedado". Sea el primero en hablar. A los primeros diez minutos, intervenga, haga que la gente vea que pone su primer aporte. Cuanto menos tiempo sea, menos duda habrá. Si se retrasa, será dificil discutir su idea.
3.- Pregunte a sus amigos qué punto de la agenda de la proxima reunión es más importante. Prepárese de antemano, meta su cuchara y destruya la desconfianza que no lo deja ascender profesionalmente.
4.- No se olvide. Pregunte siempre a otros, aunque usted sepa.
5.- No se ponga trabas usted mismo. Hable y no piense que es impertinente. El jefe se ha reunido con usted para escuchar ideas. ¡Esta es su oportunidad!
6.- Tiene que acostumbrarse a que otros no piensen como usted. Entrénese en recibir "palos", críticas a lo que dice y convierta esas oposiciones en puntos de vista para pensar mejor, crear soluciones nuevas. No dude en hacer ese acariciado "punto y contrapunto"
7.- No se achique nunca amigo. No deje que lo miren por encima del hombro. El ejecutivo es un ser humano, con todas sus virtudes y miserias. No le de ese poder de ser mandón, de imponer. Hágale sentir que sus ideas persistentes son para desarrollar competencias y fuerte en su empresa.
Todo se gana con la práctica. Haga estos ejercicios todos los días y verá sorpresas. Supere la timidez, venza los temores y láncese a defender la visión, misión metas y objetivos de sus organización. Esto le ayudará a que no lo vean como un profesional con mal servicio sino un hombre o mujer inteligente que sale adelante con sus conviccciones y que es consecuente con sus ideas. Suerte.
Con información de Fortune. Visite ahora www.centrumlaban.org
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