SOLO ELLOS SABEN TODOS SUS SECRETOS.
Jesus Jimenez Laban
Jesus Jimenez Laban
Un marido celoso usaba el chip conectado a un satélite de un teléfono para seguir los movimientos de su esposa. Un gerente se valía de la tecnología androide para saber donde anda su fuerza de ventas. El satélite conectado al teléfono le indicaba el sitio exacto en pantalla. Y un policía capturó a un delincuente en base a las palabras y códigos que usó en internet.
Y todas estas aplicaciones están dentro de un teléfono móvil inteligente. Estas cosas llamaban la atencion, pero ahora son cosas comunes. Claro, hay aplicaciones para bloquear, pero mucha gente no sabe. Y eso hay que hacer pedadogia.
El teléfono móvil gana terreno. Tal podría ser una conclusión simplista a la que llegaría el Congreso Mundial de Teléfonos que se celebra en Barcelona 2012. Y es que los telefonos inteligentes, en un nuevo ecosistema creados, amenazan con tener más velocidad que el razonamiento humano después de 2015, año en que el planeta sobrepasará la marca de 7 mil millones de telefonos móviles.
¿Qué otras cosas asombrosas están en camino? Una de ellas es que la tecnología virtual o no que estará debajo la piel de las personas. La tecnologia como extensión de nuestros cuerpos. Otra es que la inteligencia artificial que se desarrollará tanto que puede volver inútil a una persona si no tiene un equipo en sus manos.
El hecho de que un auto se pueda manejar desde un celular. Y, para mayor impacto, ¿qué decir de los teléfonos ahora? Los hay que quieren leer el pensamiento (esto a futuro), que guardan la información que no se quiere otros vean, o que rastraean con gadgets nuestros datos personales, vigilan todos nuestros movimientos, y nos exponen en el mercado como productos de consumo.
Y no hay quien pare esto porque parecen todavia lejanas las leyes de derechos de privacidad o de "No rastreo" (caso EE.UU y seguramente otros países como el Perú que sigan la tendencia de defender la privacidad y la intimidad de las personas) En medio de este vértigo digital y legistivo por venir, hay quienes creen que lo mejor es no depender mucho de los teléfonos, pero ¿esto es posible?
¿Qué otras cosas asombrosas están en camino? Una de ellas es que la tecnología virtual o no que estará debajo la piel de las personas. La tecnologia como extensión de nuestros cuerpos. Otra es que la inteligencia artificial que se desarrollará tanto que puede volver inútil a una persona si no tiene un equipo en sus manos.
El hecho de que un auto se pueda manejar desde un celular. Y, para mayor impacto, ¿qué decir de los teléfonos ahora? Los hay que quieren leer el pensamiento (esto a futuro), que guardan la información que no se quiere otros vean, o que rastraean con gadgets nuestros datos personales, vigilan todos nuestros movimientos, y nos exponen en el mercado como productos de consumo.
Y no hay quien pare esto porque parecen todavia lejanas las leyes de derechos de privacidad o de "No rastreo" (caso EE.UU y seguramente otros países como el Perú que sigan la tendencia de defender la privacidad y la intimidad de las personas) En medio de este vértigo digital y legistivo por venir, hay quienes creen que lo mejor es no depender mucho de los teléfonos, pero ¿esto es posible?
O, mejor dicho, descansar de ellos por lo menos una semana. Ya no tiene efecto disuasivo siquiera el temor de que los celulares producen cáncer como lo recuerda la epidemiologa y escritora americana Devra Davis o que hay extraños que leen sin permiso nuestros mensajes de texto dentro de la propia industria telefónica.
¿Ha experimentado cómo se siente una persona -¿desnudo? ¿perdido? cuando se olvida su smartphone en su casa? La la ciencia y la tecnología está llegando a límites insospechados. En buena cuenta -dicen los filósofos- es como jugar a ser dioses, crear un aparato a nuestra imagen y semejanza. Pero cuidado!, podríamos estar creando un monstruo tipo
Frankenstein. que puede salir fuera de control, como el invenado por Mary Shelley en Ginebra. Esta no es advertencia mía. por supuesto. Corresponde Andrew Keen, un empresario británico-americano y escéptico profesional. Autor de "The Cult of the Amateur" y de "Digital Vertigo",
La vida diaria confirman que a más aparatos inteligentes, más debilidades en las personas de carne y hueso. Pero es es un imperativo proteger la privacidad y el rastreo. Y que el derecho no se atrase tanto con la la realidad que nos envuelve.
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