JESUS JIMENEZ LABAN
No sé exactamente en qué va a terminar esto. Pero el hecho concreto es que un grupo fuerte de pequeños productores piuranos están colocando sus productos en América y en Europa.
Tuve la oportunidad de conversar con Arnaldo Neira Camizan su dirigente, un provinciano de la sierra de Canchaque, Piura. Ellos, bajo la presidencia de Neira (Coordinadora Nacional de de Pequeños Productores de Comercio Justo de Perú) están construyendo una vía alternativa a las exportaciones en manos de los gremios tradicionales.
Y ¿cómo lo hacen? Se han agrupado entre pequeños y han construido redes de productores dentro del concepto del comercio justo, figura que les permite mejores condiciones comerciales, financiamiento y colocación en mercados apetitosos con sobreprecio.
Se han dado cuenta estos productores que el comercio justo es algo que goza de las preferencias en los mercados extranjeros. Y con esto en mente están exportando cafe, cacao plátano, mango a mercados exigentes como Estados Unidos, Canada, Francia, Alemania y Bélgica.
Pregunté al mismo dirigente, por curiosear, cuánto mueve una de sus redes. Y me dejó mudo: US$ 25 millones de dólares y tienen experiencia de exportación más de un de un año, o sea, con ello son candidatos seguros a conseguir crédito barato de bancos en el exterior.
Quieren ellos hacer su propio negocio, exportar ellos mismos sin intermediarios. Ya cuentan con logo internacional, certificaciones tipo FLO y ahora se preocupan del estándar laboral: tratar bien a la gente, no trabajos forzados, respetar a las mujeres embarazadas, derecho a sindicalización y condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, además de seguros y sistema previsional.
Y no sólo eso, le está echando el ojo a las tierras de San Lorenzo en Piura y Olmos en Lambayeque en una alianza estratégica entre los que han comprado tierras en esas zonas y estos nuevos productores que amarran contratatos a 12 meses y van en ascenso.
Y ahora están a la espera que el presidente Ollanta Humala los reciba para pedirle capacitación y más asesoría técnica para bailar con su propio pañuelo.
Entendieron, antes de tiempo, estos piuranos, las lecciones de Michael Porter con sus cadenas productivas, sin conocerlo ni haberlo leído.
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