REVALOREMOS EL PASADO
JESUS
JIMENEZ, presidente de CENTRUM LABAN, la nueva frontera en inversiones,
negocios e información
El único
soporte con que un país vive en paz es la reconciliación sin rencores ni
resquemores.
El
agudo instinto de un escritor para interpretar esa necesidad vital de los
pueblos, puede hacer posible que esto ocurra con su pluma al servicio de la
sociedad, del país entero.
Ser
constructivo en base al servicio ciudadano ennoblece a un periodista, un
escritor, un novelista, mas aun cuando tiene el poder de reconstruir los
hechos, poder contarlos como en una película de acción como en esos tiempos
libertarios cuando se veía "acción, con ejércitos movilizados por mar y
tierra, el éxodo de miles de familias por los Andes y batallas
memorables".
A esta
categoría pertenece mi apreciado amigo y colega Dennis Álvaro quien ha escrito
el libro de "O´Higgins, Avatares del Libertador de Chile en el Perú",
obra re valorativa de 270 páginas que actualiza la necesidad de unir mas por lazos históricos a chilenos
y peruanos o peruanos y chilenos, separados tontamente por una brecha oscura
desde la Guerra del Pacifico sin que nos deje ver una parte oculta de la
historia que es la que une a dos países hermanos y que explica los nuevos
vientos de integración, a partir de la Alianza del Pacifico.
De
manera que me alegro muchísimo cuando recibí la invitación de Dennis Álvaro
para estar presente en la presentación de su obra en la Feria Internacional del Libro de Lima.
En
realidad lo que ha escrito -tal como me lo dijo en una comunicación
reciente- es sumamente complejo de
explicar.
Y es
que con la agilidad de su pluma narra los tres momentos que estuvo en el Perú
Bernardo O´Higgins Riquelme, prócer chileno que tuvo un gran amor por el Perú.
Querido
por peruanos, aunque no entendido por algunos de sus compatriotas en la época
que le toco vivir.
Un
primer momento que describe con magistral claridad Dennis Álvaro es cuando
estudio durante tres años en el famoso Real Convictorio de San Carlos, que hoy
es la Casona de San Marcos en el Parque Universitario.
Otro
segundo momento, cuando vino a Lima en 1803, a reclamar la herencia de su
padre, el 32º Virrey del Perú, Ambrosio O´Higgins.. Ese año volvió decidido a reclamar la
herencia y apellido de su padre.
Bernardo O´Higgins Riquelme, fue hijo del Virrey Ambrossio O´Higgins e
Isabel Riquelme
Un
tercer momento cuando el 28 de Julio de
1823 arriba el prócer mapochino a Lima -derrocado desterrado por su país-, luego de dirigir y luchar por
la independencia de su país, punto en la historia con que se inicia la obra de investigación
de Dennis Alvaro.
En una
gesta libertaria -como pasa en una empresa de avanzada- siempre existe detrás
un hombre con mucho valor. Este fue O´Higgins. quien no solo participo con San
Martin en la expedición libertadora del Perú, sino para hacer realidad la gesta
libertaria le hizo pagar a Chile un alto precio y que, a la larga, le costó el
cargo de Director Supremo y el exilio.
Poco después
que el Generalísimo Don José San Martin proclamo la independencia, al ver que todavía
subsistía el poder real al mando del
Virrey La Serna en la sierra, decidió quedarse y ponerse al mando de Bolívar.
Abandono,
entonces, sus planes de viajar a la
tierra de sus antepasados, Irlanda.
Cuando
el Perú acababa de terminar los avatares de la guerra de la independencia –solo
había pasado algunos años-, se opuso tenazmente a la guerra de su país contra
la Confederación Perú-Boliviana, a cambio
de la unidad comercial entre Chile y Perú complementando sus economías y
profundizando su intercambio comercial de trigo y azúcar.
“Es
indudable que lo más próspero que sea el Perú tanto más lo será Chile, y
viceversa”, le escribe O´Higgins al
presidente chileno Joaquín Prieto para detener la inminente guerra de Chile
contra la Confederación
Tal es
el antecedente más lejano de la Alianza del Pacífico que hoy une el intercambio
comercial de Chile y el Perú.
Por
estos gestos que el Perú no olvida para muchos era más peruano que
chileno. De este modo la historia le
reconoce con gratitud su acción.
Por
este motivo, el ex director supremo
chileno y su familia se afincaron en la
hacienda Montalván de Cañete, que le fue donada por sus servicios a favor de la
independencia peruana.
Recibió
después de San Martin, Libertador del Perú,
la Orden del Sol del Perú, además del título del Gran Mariscal del Perú.
Bernardo
O´Higgins vivió agradecido por las distinciones y honores que le dio el Perú,
mientras en su tierra le cerraban las puertas y hasta le negaban el pago de su
pensión militar.
Cuentan
que en las "exequias de O´Higgins, en octubre de 1842, fueron un minuto de
paz en el calor de la guerra civil que entonces azotaba a Lima, y la entrega de
sus restos a Chile, el 28 de diciembre de 1868, fue el último gesto de amistad
sincera entre Perú y Chile antes de la guerra de 1879".
O´Higgins,
que también pasó penurias económicas, no es una figura decorativa. Este prócer chileno en el Perú, fue, ciertamente, un personaje que tuvo importantísimo papel en la
independencia peruana.
Su
incansable amor por el Perú, su terquedad en ver unidos a Chile y Perú no ha sido en vano. Como se ha visto abogaba por la unidad
comercial en lugar de la guerra.
El más
lejano antecedente de una lucha para la unión de dos pueblos, rinde ahora
frutos. Con Justicia O´Higgins Que se revalore la acción de este Prócer es un
acto de justicia es el único personaje histórico que une Perú y Chile. Es el símbolo de la unidad presente y futura
entre ambos pueblos.
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