EL FOCO ES LA CLAVE
JESUS
JIMENEZ, presidente de CENTRUM LABAN, la nueva frontera en inversiones,
negocios e información
¿Puede
una hormiga traer abajo a un elefante poniéndolo patas arriba? . No,
definitivamente.
Sin
embargo, en los negocios digitales existe una excepción. La hormiga Google termino derribando a un
pesado elefante, Yahoo
¿Como
es posible que una empresa -Yahoo- que tenía como capitalización de mercado en
el 2000 unos US$125.000 millones terminara por debajo de una empresa que era un
"bebe de pecho" -Google- al
lado de su maestra?
Para
entender este complejo problema, permítanme ver a los cerebros. Todos son ingenieros de sistemas en una otra
empresa.
Ambos
lados bebieron del mismo conocimiento, la Universidad de Stanford.
Cada
grupo tomo su propio destino. Uno grupo formo Yahoo, el otro Google.
Un
primer error a la vista es que Yahoo se equivoco de enfoque.
Apunto
más a los contenidos que a la propia tecnología. Creía Yahoo que con desarrollo de contenidos
-voces, datos e imágenes- encontraría la panacea, pero pronto se dio cuenta que
no era así cuando Google empezó a mostrar resultados de su apuesta por la tecnología.
Google
creó un algoritmo para hacer búsquedas de contenidos en la red. Creo un
poderoso buscador. Luego se dio cuenta que las búsquedas servían para
publicidad. Al final, lograron una jerarquización de avisos publicitarios, un
negocio multimillonario.
Yahoo seguía
en los contenidos, dejo de lado la tecnología para usar seres humanos en la búsqueda. Los robots fueron más veloces que los
humanos.
Pero
para recuperar el tiempo perdido
Yahoo contrato los servicios de
Google a fin de recibir la tecnología que no tenía. Gran error. Presumiblemente
una empresa competidora -entonces aliada- conoció las realidad de la otra por
dentro. Al final Yahoo
se separo de Google.
Entonces
empezó a tomar peso el pulso gerencial.
En Google los dueños se mantienen Larry Page y Sergey Brin. Los que lo han seguido dentro de la compañía
conservan el ADN de sus fundadores.
En
cambio Yahoo tuvo una lista enorme de
presidentes ejecutivos.
Esto
significa que una gestión en varias manos es peligrosa, sobre todo cuando los
gerentes se suceden unos tras otros sin orden ni concierto. Nadie entiende nada, la comoañia pierde
identidad, las ventas bajan,
El
tema es que Yahoo se metió en varios negocios a la vez, pero con pocos
resultados. Varias estrategias
contradictorias, prioridad en la transmisión de partidos, servicios en línea,
por ejemplo.
En un memorándum
un ejecutivo recordó que quien mucho abarca poco aprieta. Es decir, el que se mete en varias cosas a la
vez es nada.
En
cambio, Google siguió enfocada en la tecnología, un solo objetivo con
resultados múltiples como Google Map, Android, correo Gmail, buscadores
teniendo como punto en común la publicidad.
Los
resultados están a la vista. Google
tiene un valor de mercado del orden de US$516.000 millones, habiendo cerrado el
año pasado con ganancias de US$16.350 millones, en tanto Yahoo tuvo una pérdida
de US$4.360 millones que precipito su compra por parte de Verizon Communications Inc., gigante de
telecomunicaciones estadounidense, por US$4.800 millones, según Wall Street
Journal.
Dos décadas
después el poderoso elefante era aplastado por la humilde hormiga de comienzos
de siglo, Google.
Esto
sucede por falta de foco. Yahoo fue
dispersa. Una compañía que se metió en
una seguidilla de proyectos. No tenía
identidad, lo cual confundía a sus propios empleados. No la tenía como asociar las ideas en el publico. Por ejemplo, Facebook (amigos)o Google (Búsqueda)
o eBay (subasta). De Yahoo se hablaba indistintamente de
“correo”, “noticias”, “búsqueda”, una mazamorra.
Otro
problema fue subestimar al enemigo. En
el mundo de los negocios, las empresas que fastidian son compradas por el más
fuerte. Yahoo pudo hacerlo a mediados de
primera década del siglo.
No
hubo acuerdo en la oferta de US 1.000 millones por cada una. El resultado fue
atroz.
Yahoo creó
casi todo lo que existía en Internet, pero otros llegaron, la desplazaron, la
eliminaron. En la fiesta con orquesta,
los invitados echaron al dueño de casa. Irónicamente,
es como aquel dicho criollo peruano "nadie sabe para quien trabaja",
pero esto no debiera ser asi.
Los
negocios están demasiados sofisticados como para ser todista. La
superespecializacion no solo es una realidad sino una necesidad. Me despido con esta ayuda memoria: el que se mete en varias cosas a la vez es
nada.
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