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jueves, 22 de julio de 2010

Riegos de Comercio Exterior

SIEMPRE UNA CARTA BAJO LA MANGA
JESUS JIMENEZ LABAN

Al comienzo, quizás nadie tiene una idea de lo que significa exportar en todos sus extremos.  Cuando se ve en medio de buques, estibadores de aduana, semáforos de controles de mercancías, puede darse cuenta que su éxito depende del conocimiento de estas vías por las que vehiculiza sus mercancías.  Más aun cuando observa transmisiones electrónicas que informan acerca de los containers que vienen en un buque todavía a mucha distancia de quien las recibe, se acordará que su futuro tiene que ver con los negocios electrónicos.  En fin, verse en medio de una tramitología que abandona de a pocos la papelería por la electrónica, como podrá verse en la Ventanila Unica de Comercio Exterior (VUCE).

Ningún exportador que tenga cierto rango y experiencia esperará sentado que las cosas ocurran.  No, es decididadamente proactivo.  Es una persona sumamente pensada y dinámica porque se mantiene alerta y siempre previene, incluso sobre riesgos financieros, ruido político y nuevas oportunidades de inversión que podrían verse empañadas.

Conoce la gravación aduanera (Arancel, IGV, ISC, IPM, Sobretasas arancelarias) y los Costos fuera de aduana:  El diseño del producto.  Costeo y selección de proveedores.  Elaboración de muestras.  Presentación al mercado.  Colocación de órdenes.  Despacho y entrega

Esta al día en los aspectos financiero, bancario, administrativo y presupuestal.   Conoce las figuras de los negocios modernos –leasing, arrendamiento financiero, factoring, underwirtting, fideicomiso, contratos de futuros etc.- y está siempre atento a los movimientos del Banco Central de Reserva –en materia monetaria y cambiaria-, de la Superintendencia de Banca y Seguros –nuevos controles y supervisiones-  y la emisión de nuevos títulos valores en el mercado de capitales como alternativa de dinero más barato, así como la nueva legislación de la Organización Mundial de Comercio y su contraparte nacional.  Del mismo modo, prepara nuevos cuadros para tiempos de crecimiento y se diversifica para épocas de achicamiento.

Es prácticamente imposible echar a andar un negocio en el extranjero si no existiera una manifestación de voluntad, precio y plazo en un contrato de comercio exterior.  El negocio camina en medio de una terminología no convencional que requiere estudio, práctica contrastación.  Por ejemplo, el nivel de arancel –porque en todo el mundo no es igual-, la partida arancelaria, algo así como el DNI de un producto, el código numérico que clasifica la mercancía. La mala clasificación de una partida arancelaria implica una penalidad (multa o recargo) por la Autoridad. 

O, simplemente, los beneficios arancelarios, un premio, un reconocimiento o, a veces, un mecanismo de compensación de un Estado hacia el otro, tal como ocurre con los tratados de libre comercio, el sistema Generalizado de Preferencias o el ATPDEA, programa precursor del acuerdo comercial entre Estados Unidos y Perú.   Todos estos conceptos, como es de suponer, conllevan el movimiento de documentos en el tráfico comercial  entre importador, interesado en la mercancía y el exportador, el vendedor cubre las necesidades de aquél.   

Un conflicto puede originarse en una mala interpretación

De otro lado, un número elevado de casos litigiosos responden a la falta de información que precipita las decisiones equivocadas.  Un conflicto puede originarse en una mala interpretación de un fraccionamiento tributario, precisamente porque no se conoce el texto de la ley o no se  tiene todos los elementos de juicio juntos para entender mejor la situación.  

Puede pasar que un contribuyente reclame de manera airada en las oficinas de la autoridad tributaria porque no atiende su pedido de devolución de impuestos.  Por ignorancia, el contribuyente reclama sin conocer que la Superintendencia puede reservarse seis meses conforme a ley antes de emitir cualquier resolución, algo que parece una desatención a su solicitud, no lo es dentro del marco legal.  La Administración se reserva su tiempo, por ejemplo, ante indicios de evasión de impuestos o algún ilícito en la cadena de distribución.

Suele ocurrir que por culpa de un tercero el titular de un negocio sufra embargos contra su propiedad de manera intempestiva.  Es la tercería excluyente el  recurso de defensa legal como solución alternativa para acreditar de manera fehaciente la propiedad.  Sea como fuere, la negociación está presente como necesidad suprema en todas las etapas del procedimiento de comercio exterior.   Negociar no sólo es llegar a un acuerdo conciliatorio sino tener siempre una carta bajo la manga.

Quien diseña un proyecto de exportación tiene que tener en cuenta dos puntos fundamentales.  De un lado, el estudio de marketing que le indique número de habitantes, cambio de tendencias, gustos de los consumidores, numero de puertos, cantidad de bancos, restricciones a las importaciones.   Asimismo, contar con un Plan Estratégico de exportaciones, contar con una infraestructura adecuada, un nivel de producción constante y sostenida, con un personal adecuado y manejar el aspecto financiero

De otro lado, es imperativo manejar un plan de contingencia, lo cual supone estar encima de la acción, vale decir, alerta y activo ante cualquier eventualidad:  que se rompa la cadena de frio en un embarque de espárragos, que los productos perecibles no lleguen a tiempo o que se omita un documento con certificación internacional.   Contra estos imponderables siempre habrá una carta bajo la manga. 

VIDEO  RIESGOS DE LA EXPORTACION

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