JESUS JIMENEZ LABAN
Mi primera palabra es para saludar los métodos científicos que usan profesionales serios en la confección, dirección, coordinación, ejecución y supervisión de encuestas.
Siendo bien llevadas, èstas son una herramienta excelente para conocer estados de opinión, caracteristicas o hechos específicos. Por eso, el investigador debe seleccionar las preguntas mas convenientes, de acuerdo a la naturaleza de la investigación.
Como rayos infrarrojos, las técnicas del encuestador permiten visualizar las tendencias de los escenarios politicos, sociales, economicos etc. Y acceder a la verdad, aunque no siempre absoluta.
Las mismas encuestas -sin rigor cientifico- pueden convertirse en temibles armas de manipulaciòn para alcanzar ciertos objetivos -no alineados con la Ética- persuadiendo a la población a cambiar de opinión, tomar una decisión o formarse una opinión sesgada o, lo que es más grave, generar confusión.
Científicamente hablando no existe encuesta que predice el futuro. Esto significa en buena cuenta que los resultados de un sondeo hoy no necesariamente pueden repetirse mañana porque el público es, a veces, volátil en sus ideas, pensamientos y decisiones.
Viendo esta debilidad, los no profesionales utilizan artificios para hacer creer a la gente una situación que no existe o un hecho que no se ha dado, solamente por complacer a quien les encarga la encuesta y que paga, ciertamente, bien por ellas.
No conozco, salvo exepciones, una encuesta ajena al interés de alguien, de manera que lo que hace un director, por lo general, es elaborar un cuestionario ajustado a lo que quiere el interesado que financia la encuesta y eso se publica. Esto no es exclusivo de Perú sino de casi todas las plazas en el mundo.
Las preguntas, en unos casos abiertas o en otros cerradas, forman parte de un cuestionario cuidadosamente pensado para que un grupo entrenado de encuestadores las formule de manera oral o escrita y a veces con "trampa"
Vistas asi las cosas, las encuestas son sólo un referente porque no son exactas ni predicen el futuro y por ello mismo tienen un margen de error (algunas veces +- 1.5 +- 2.5). La realidad no siempre va de la mano con la ficción de las encuestas. Para confirmar lo que digo sólo tienen que comparar lo dicho por una encuesta y los resultados oficiales de los ultimos comicios.
Es ya una ley de la estadistica aquello de "a más encuestados, más fiabilidad en el resultado", algo que depende del tamaño de la muestra, sea a nivel local, regional o nacional.
En la actualidad, cada vez más profesionales se familiarizan con los sistema de gestión de encuestas vía internet, pero su utilización carace todavía de medios necesarios para ejecutarlas por lo que no son confiables.
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