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martes, 24 de enero de 2012

¿COMO APRENDER A QUEDARSE CON SOLUCIONES BUENAS?

COMO APRENDER A QUEDARSE CON SOLUCIONES BUENAS


Jesus Jiménez Laban

¿Cómo aprender a quedarse con soluciones buenas? Este es nuevo tema de hoy. Quisiera hacer notar que los conceptos desarrollados aquí están basados en un documento de "Planeamiento de Comunicación" elaborado por el servicio de intercambio científico de la Organización de Estados Americanos, OEA.

Hay que recordar siempre esto. Quiere planear mejor las cosas?

Quisiera usar el ejemplo de la selección de la comida que ordenaremos en un restaurante. Nuestra decisión a veces se basa simplemente en el hábito. Ordenamos la comida que siempre comemos. Otras veces, en cambio, consultamos el menú. Este nos presenta varias alternativas. Cada uno con un precio diferente. Este hecho de tener varias alternativas y tener que elegir alguna de ellas es parte de todo planeamiento.

Planear una acción es rodearse de la mayor cantidad posible de ideas. Así, uno escoge la mejor idea entre muchas. Por ejemplo, es un buen ejercicio pedir a los colaboradores aporten en una semana 100 soluciones posibles.

Claro. siendo así, algunas soluciones saldrán ridículas, fantásticas o costosas. No todas serán aceptables. ¡No importa! Detenerse a pensar los pro y los contra de una idea apenas se nos ocurre, es cortar las alas a la creatividad. Ya después habrá tiempo para juzgar las ideas una por una. El truco está en escribir inmediatamente todas las soluciones que se nos ocurren sin analizarlas demasiado. Lo importante es tener una base de discusión. Esa es la clave: ir descartando soluciones malas e ir recogiendo las mejores ideas para quedarse con una solución buena.

Es decir, se procede por eliminación y por selección natural.

Los elementos de las acción

Si queremos poner las cosas en movimiento lo primero que nos preguntamos es esto: ¿qué debemos hacer para conseguir nuestros propósitos? Y una respuesta altamente efectiva es empezar a analizar nuestras posibilidades presentes o por crear. Sea como fuere, no debemos salirnos de tres campos principales.

El programa (objetivos, calendario de actividades, métodos)

La estructura (organización administrativa, relaciones, reglamentos)

Las facilidades (personal, equipos, presupuesto)

Cuarta fase: elección del plan a seguir

¡Cuidado! Este es el momento de la decisión final Y es que hay que poner atención a los detalles de los programas de acción.

Los proyectos de trabajo de que se compondrá el programa, las áreas a cubrir, los medios específicos de comunicación a usar, diferentes grupos que colaborarán con nosotros.

Formulado el plan, todo lo demás es fácil, Es solo cuestión de tiempo y esfuerzo la realización.

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