HOMBRES DE BATALLA: EMPRENDEDORES
JESUS JIMENEZ LABAN
Un campesino que vino de la sierra a la Capital. Lima no fue complaciente con él. Empezó viviendo en una casa de esteras. Con ayuda de amigos, forasteros como él, logro instalar un puesto de fabricación de zapatos. Pronto construyó una casa, compró maquinaria y cuando estaba en su mejor momento, ingresaron a su negocio a tentarlo con la política.
Seguramente, muchos se identificarán con este perfil porque han tenido igual o similar origen. Este hombre que se hizo solo, es un típico emprendedor.
El emprendedor tiene amor propio, autoconfianza y se hace solo y por eso es un empresario que hace que las cosas sucedan. Nadie lo llama a la riqueza, él mismo se incluye.
Es aquel que inventa su propio trabajo, que sueña y cumple su sueño. No necesita de suerte sino de esfuerzo. Valé por sí mismo y tiene peso propio autoconvicción para creer y sentir que sí puede ayudar a otros con sus productos o servicios. Mejora la vida a la gente.
El emprendedor elige lo que quiere hacer y se dedica a ello. El fundamento es querer hacerlo y poner pasión y energía.
Tuve la oportunidad de escuchar más o menos en estos términos al emprendedor Nano García en la Cumbre Pyme APEC 2012, oportunidad en la que anunció su nuevo libro ¿Dónde está la riqueza?
Por cierto, la descripción que hace Nano no está alejada de la realidad si escuchamos o vemos el testimonio de miles de pequeños empresarios que vienen desde abajo y se abren campo con éxito, valores y excelencia.
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