JESUS JIMENEZ LABAN
En el manejo de una crisis o de un riesgo potencial, se impone siempre el criterio de un plan de contingencia: qué hago, si me pasa a mí lo que siempre temí y que pensé nunca me ocurriría.
Pues bien amigos, hay cosas que suceden y que no están en los planes. Por eso, tanto a nivel personal como en el mundo corporativo, el de las empresas, hay que desarrollar la cultura de la prevencion, del "por si acaso".
No es broma que una pareja matrimonial se entere que uno de ellos pierde el trabajo. Y la cosa se vuelve dramática cuando los dos quedan desempleados. Y la situacion no es para reir porque hay familia, deudas que pagar, hipoteca de casa y un largo etc.
De las últimas lecturas que he hecho, me quedo con la de CLARE ANSBERRY "Haciendo malabares para llegar a fin de mes", un enfoque completo publicado en The Wall Street Journal inspiración para esta reflexión.
Me voy a permitir contarles el caso de una Juana y Gregorio, febrero 2010. Ella muy bien empleado como asistencia social en el area de recursos humanos de la empresa y él un mecánico de profesión vinculado a la construcción de edificios.
Cuando menos lo esperaban, perdieron el empleo. Pero, afortunadamente, tenian un plan de emergencia, que activaron tan luego se enteraron de la mala noticia.
Una cosa fundamental es perder la verguenza. Aunque parezca increible, muchos ocultan su real situacion y no cuentan a sus compañeros de oficina, sus amistades o sus conocidos que han perdido el empleo. Decirlo, segun varios autores, ayuda a encontrar nuevas oportunidades. Esto es lo que, precisamente, hicieron Juana y Gregorio.
Como la plata sale al igual que un chorro por un caño, la gente que sufre este problema -el desempleo- se pone en un plan de ahorro: menos salidas, comer lo suficiente y vender y eliminar todo lo que genera gasto. En un extremo, Juana y Gregorio confesaron en una declaración pública esto: "Vivimos con poco. No salimos mucho. Apagamos las luces y no compramos filetes
Y siguiendo en el tema de austeridad, tambien se ha recomendado eliminar todo lo que genera gasto.
Por ejemplo, el auto (si se tiene dos), ir al banco a alargar los plazos para el pago de deudas o refinanciar la hipoteca en más tiempo (no queda otra) para evitar problemas futuros inmediatos. No puede dejar que le quite la casa y eso es un tema prioritario para la familia.
Pero por qué alargar los plazos para el cumplimiento de una obligación. ¿Por qué, señores? Porque reengancharse en un trabajo donde uno gana bien, toma su tiempo, en el mejor de los casos meses y en el peor años. Y otra razón es que, por lo general, el nuevo trabajo no paga el mismo sueldo del que dejó o del que fue despedido, salvo excepciones en empleos de empresas extranjeras.
Vistas así las cosas, amigos, gran parte de la solución depende de cómo uno resuelve su crisis en el menor tiempo posible, no le pone peros al nuevo trabajo porque de repente pasa mucho tiempo para el próximo. Pero lo fundamental es pensar positivo, que todo va a estar bien en el trabajo, pero en la misma medida -escúchelo bien- prepararse para lo peor.
A veces, comentamos de manera superficial el impacto de una crisis financiera pero no le damos la connotacion de que tiene como impacto en el ser humano, en la familia, de manera que siempre hay que estar prevenidos. Mucha suerte, mis mejores deseos para el futuro.
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