CONSIGUIENDO DINERO FRESCO
JESUS JIMENZ LABAN
El empresario es como un guerrero que para internarse en la intrincada selva del mercado tiene a su disposición armas defensivas y ofensivas en el mejor sentido de la expresión. Y es natural que esto ocurra por cuanto la vida de una empresa está envuelta en una competencia feroz en tiempo de cambio contínuo. Por ello, no es uniforme, de manera que el hombre de negocios se prepara para los altos y los bajos, cosa que tiene que ver con un pensamiento estratégico, innovador y espíritu agresivo para estar con un pie adelante.
En tiempos de emergencia –como la crisis financiera de 2008 que azotó a todos los bloque económicos en el planeta- el Estado suele activar mecanismos de promoción para bajar el costo del dinero. Si bien es cierto, se puede hacer –en algunos casos- pago parcial de las acciones (25%), éstas deben pagarse íntegramente.
Las acciones, como partes alícuotas del capital social, se contabilizan en números enteros –nunca por fracciones- permiten su pago con el resultado de las utilidades de la empresa. Fácil es deducir que no podría haber primas para nadie si es que estas acciones no son aun pagadas en su totalidad porque éstas dependen de los movimientos del mercado, algunas veces de la especulación de decisiones que toma del directorio.
Por consiguiente, resulta estratégico que las acciones sean suscritas y pagadas en 100 por ciento, vencido un plazo prudencial para hacerlo. Puede pasar, por ejemplo, que la empresa ofrezca sus acciones como garantía ante una transacción crediticia en el banco.
De otro lado, no hay empresa que haya recorrido los trechos más cortos o más largos sin ayuda financiera.
El capital –ese poderoso medio de apalancamiento de negocios- se logra desde el uso de los ahorros de toda la vida –cosa no aconsejable-, el dinero de otros en fuentes lícitas, la emisión de bonos o acciones en el mercado primario (los que venden) cuando existe un hambriento mercado secundario (los que compran).
Con una empresa consolidada, puede existir la figura del Joint Venture. Por ejemplo, cuando se produce la unión entre un agricultor que tiene manejo de explotación y un empresario extranjero que tiene tecnología. Pueden operar juntos pero son independientes. Ambas partes mantienen en todo momento su autonomía. También existen la franquicia -el uso de la marca-, el Know How, conocimiento novedoso vinculado al desarrollo de ciencia y tecnología. Concesión –que es el otorgamiento del derecho de explotación de recursos, bienes y servicios por un tiempo determinado.
Es bueno insistir en la importancia del capital social. Si éste aumenta, genera un clima de confianza en el mercado. Si éste disminuye –aunque no siempre es así- genera dudas. Y es que el capital social -fuera del ratio de liquidez- es uno de los referentes de los bancos para prestar dinero o confiar en la compañía o para conseguir un socio estratégico del extranjero en tiempos de bloques económicos y acuerdos de promoción comercial (TLC). Cuando una entidad bancaria se cierra a las posibilidades de un empréstito, muchas veces tiene que ver con este factor.
Dependerá del conocimiento y la experiencia del ejecutivo para usar adecuadamente estas herramientas en el momento adecuado. Por ejemplo, nada más contraproducente que usar el sobregiro en tiempo de liquidez de la empresa. Sabe el gerente que usar el factoring puede representar un alivio para cumplir con el pago de vendedores, pero es un instrumento sumamente caro. Dicho de manera simple, el “factoring” es un mecanismo que ayuda a cobrar créditos en dificultades, es decir, siendo bien manejado puede asegurar el crecimiento de la empresa con la venta de cuentas por cobrar.
Sin embargo, existen instrumentos que aseguran la marcha presente y futura de la empresa tales como el leasing –financiamiento para la adquisición de un inmueble o mueble de consumo duradero-, las acciones convertibles en bonos –el mercado de capitales-, la emisión de títulos en bolsa, el underwriting –contrato financiero para la colocación por encargo de valores mobiliarios en bolsa o los préstamos sindicados. También tenemos el Fideicomiso, contrato financiero especial en virtud de la cual se concreta una relación jurídica entre tres partes –fideicomitente (dueño de los bienes), Fiduciario (banco) y fideicomisario (beneficiario)
En la misma medida, existen otros instrumentos que respaldan a la compañía cuando busca crecer en base a garantías sobre préstamos, tales como la carta fianza, la carta de crédito, el cheque diferido, el pagaré, factura, la letra de cambio.
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